JARDÍN POSTAL 2023
Título no de la página si no un slogan guay y evocador
Ha sido el propio Pablo D’Ors en el libro lo que me ha motivado a llevar este diario literario:
“Al ser un avezado explorador de mi consciencia, al percibir todos estos cambios, no resistí la tentación de tomar nota de ellos para asistir, [..]a la transformación de mi biografía”.
Dos motivos me hacen escribir este post. Por un lado, la idea de compartir nuestras conclusiones sobre lecturas relacionadas con el crecimiento personal y empresarial entre el equipo de Company Valor. Y por otro lado, me he dado cuenta de que se me olvida lo que leo al cabo de pocos días. Y ahora, cada vez que leo emocionado un texto, tengo la voluntad de querer atrapar esa emoción de motivación o aprendizaje porque sé que luego se esfuma.
El autor transmite que ir recogiendo los avances en notas sirve como ejercicio de consciencia para darnos cuenta de que recorremos un camino, un camino que es el propio. Admite haber sido ayudado por otros maestros, guías y lecturas, pero dice: “Tengo el convencimiento de que este camino espiritual lo he configurado yo […]. Mi impresión es que he sido yo y sólo yo quien ha caminado, guiado mi maestro interior, hasta donde ahora me encuentro”.
Me gusta esta determinación de que el camino que emprendemos va a tener que ser nuestro, sea el de una relación, una empresa que emprendemos o un viaje hacia la meditación.
El libro habla sobre su interés por la meditación, empezando por las dudas en sus sentadas iniciales, porque no veía resultados si no tiempo perdido y dolores de espalda. Y como poco a poco fue descubriendo que esa misma observación de esos dolores le llevaba a verlos de otra manera. Y con esa observación, con esa consciencia, el dolor disminuía o se transformaba y empezó a conocer el valor de la meditación.
Dedica unas páginas a lo importante que es soltar, a desprenderse de la duda para amar desde el fluir. Pone el ejemplo de un niño en bicicleta, que cuando está inmerso en la actividad va bien, pero cuando duda de si se va a caer o se ve inestable o con miedo se cae. Nos deberíamos sumergir así es las actividades, con atención plena y sin dudas, “dormir cuando dormimos, comer cuando comemos”.
Y es ahí, sumergido y con la consciencia activa de lo que hacemos, cuando soltamos y vivimos. En contraposición a tratar de asegurarnos con todo, buscar estabilidad a la fuerza y guiarse por el miedo, vivir encastillado lo define así: “Vivimos, sí, pero muy a menudo estamos muertos. Nos hemos sobrevivido a nosotros mismos: hay biología, pero no biografía”.
Este contexto semántico del término biografía me fascina.
Si nos sumergiésemos en las actividades, veríamos con atención nuevos descubrimientos y creatividad en lo que hacemos, aunque sea algo cotidiano. Habla de lo importante de seguir asombrándonos como niños, porque es lo que nos conecta con nuestro niño. Y en esa observación, nos daríamos más cuenta de que somos felices. D’Ors define así la felicidad: “Y de todo esto, ¿que he concluido? Pues que la felicidad es, esencialmente, percepción. Y que si nos limitáramos a percibir, llegaríamos por fin a lo que somos.”
¿Ves esto aplicable al mundo empresarial? Yo creo que sí, porque esto es aplicable al mundo de las personas y las personas hacen las empresas. Hay muchas cosas de las que estoy leyendo que quiero potenciar en mi equipo. Si has leído el libro o estos comentarios y te apetece hablar de ello, creo que podría salir un dialogo precioso, comenta lo que piensas y gracias por leer hasta aquí.